Recuerdo con nostalgia los tiempos del colegio no porque sea un trilambda sin vida ni menos porque haya sido del grupo de los futbolistas ganadores. El recuerdo, como no, tiene que ver con mujeres y tiene que ver con lo que fueron las primeras pistas, las primeras intuiciones de lo que debería tener una mujer perfecta.Es que la vi. Margot Kahl, jamás podrás salir de mi cabeza. Y no, no era porque fueras la-mujer-más-creíble -de-la-televisión-chilena. Tampoco porque en algunos momentos se arrancara un ultramontanismo moral que me gatillara alguna ligera perversión revolucionaria.
Mañanas enteras himnotizado tratando de descubrir algún secreto oculto tras esa máscara de mamá-de-mejor-amigo y de severidad prusiana con las que arengaba a hordas de dueñas de casa en el matinal de turno. Le agradecía a la vida cada vez que alguna enfermedad (amplificada por mi ansiedad) me permitiera guardar reposo y ver con la tranquilidad del control remoto en mano, las visicitudes de la cocina tradicional o de la medicina alternativa con las que se rellenaban esos espacios sin que la cámara enfocara a la buena de Margot.
Y su estela permanece. Con destellos, claro está. Una que otra presentadora del tiempo por algunas milésimas de segundos nos quiere hacer creer que sí; alguna actriz por acullá que también logra rescatar ese ethos maternal que ya se quisiera haber estudiado nuestro amigo Freud, que tanta razón tenía.
Los tíos Juanitos la extrañamos. No necesariamente porque le haga falta garbo a nuestra TV. Nos encanta la TV basura, nos encanta la farándula y su ritmo violento con el que maltrata a esas figuras de cartón que matarían por un segundo de pantalla. Pero por cada vez que nos gusta esta televisión del siglo xxi, extrañamos a esta diva de otra época. Hoy, sólo nos queda conformarnos con Google Images. - foto_elllanquihue
por TJ Claudio.


Una gran inquietud que debe tener con insomnio a todo tío Juanito es el tema de las categorizaciones que se pueden hacer con las mujeres. Por cierto, siempre está la duda de si es propio decir "rica" en vez de "guapa". Para mi gusto, rica tiene más sabor, guapa es más bien un signo de buena educación, de no sobrepasarse con el entusiasmo. Pero genera problemas saber eso de cómo nombrarlas en especial delante de ellas mismas. Dato: a mis amigas más "
Recientemente, los chilenos hemos podido ver en nuestras pantallas de televisión un programa en formato reality show llamado “Amor Ciego”, donde una bella mujer llamada Carolina debe decidir entre 20 tipos cuál es el que más le gusta, al estilo del programa “The Bachelorette”.




