14

jueves, 14 de febrero de 2008

Ojala hoy todos estén más conectados con las personas que aman, más que con internet. Bueno, como era de esperar los Tíos Juanitos hinchamos el pecho y deseamos un muy feliz día del amor, que hoy sea la excusa perfecta (aunque deberíamos tratar de que sea siempre) para decir te amo, te quiero, una y otra vez hasta el cansancio, para declararse a esa mujer que nos quita el sueño, para bailarse un lento, para usar exfoliante, para decir te extraño, para decir lo siento, eres la mejor, decir amo tu mirada, tu sonrisa, tu aroma, tu piel, que lo mejor es dormir a tu lado, gracias por haberme dejado conocerte y más y más y más.

Y para los que no tenemos pareja, no olvidar, que amor no es exclusividad de los enamorados, y que también existen madres, hermanas, abuelas, amigas, colegas, nanas, etc. que estarán muy felices de recibir un beso y un abrazo. Así que Tíos y hombres en general, no demoremos más y apaguemos el compu. y vamos en busca de ella, quien quiera q sea, la idea, ojala, que sea bien de cerca y a los ojos.

por TJ Hayvard.

EL FAMOSO PIROPO

lunes, 4 de febrero de 2008

TJ Claudio me manda el link a una carta al Decano, con la que una furiosa joven norteamericana pretende que se ponga fin a la buena-mala costumbre de los piropos en Chile.

Leo y se me vienen dos escenas de mi vida a la mente. La primera hace ya varios años, en una ciudad alemana y acompañado de una de las mujeres más bellas que he conocido (otrora novia) comprábamos un helado en una gelatería del centro donde un italiano (compatriota de ella) que armaba las copas, intentaba pasarse de listo con mi musa. Yo, desde atrás, observaba la escena mientras sentía cómo ella apretaba mi mano fuertemente cada vez que el tipo le hacía un cumplido, como sabiendo que dicha situación podría desencadenar un ataque de celos. Yo sonreía de forma cómplice y ya lejos de la heladería ella no cambía en cuenta que a mi el asunto no me causara molestia, por el contrario, me divertía y a ella todo esto le pareció muy gracioso. Yo sabía que ella me amaba hasta las patas y que ningún heladero italiano iba a cambiar eso.

La segunda escena es de hace poco. Caminaba una mañana junto a una linda chica por una calle de Providencia. Ambos íbamos a nuestros trabajos y acercándonos a una construcción en la que los obreros esperaban se abrieran las puertas, ella me pidió que cruzáramos la calle. Yo no la entendí y cuando ella me explicó que no quería sentirse observada ni menos ser objetos de alguna frase por parte de los señores de casco, pensé que la reacción era exagerada. Recordé en ese momento la escena germana y hoy me doy cuenta que me equivoqué. Que hace rato ya y a pesar de los concursos que se hagan, lo que se conocían como piropos y que efectivamente eran parte de la cultura chilensis, fueron reemplazados por comentarios con doble sentido o derechamente groseros que son fruto del poco sentido del respeto de muchos (sin importar la clase social) y una falta de creatividad que preocupa.

La señorita que hace sus descargos vía carta se equivoca. Los que la miran descaradamente como si fueran unos depravados sexuales, y los que le dicen groserías cuando ella pasan, no son representantes de ninguna cultura ni nada por el estilo, son unos pobres tipos que se sienten con el derecho con el derecho de incomodar a una mujer porque su condición de hombres (y machos, por supuesto) se los permitiría. Una verdad de bulto que no se sostiene.

Si ella supiera lo que son los verdaderos piropos. Si ella hubiera sido objeto de uno como la gente, seguramente no pediría la abolición de lo que cree es una costumbre chilena y que no es sino el producto de la falta de gusto, sentido común y el espírito del TJ que tanta falta hace. Debo dar fe que no soy muy de cumplidos, pero las contadas veces que la situación me ha obligado a hacer gala de mi potencial poético, los resultados han sido increíbles. Es que no puede haber cosa más buena que hacer sentir bien a una mujer frente a frente y que se le note en la cara, por su rubor, porque no puede evitar bajar la mirada o porque sonríe nerviosamente, de que lo que hemos dicho cumplió su objetivo. Señores, a mejorar la mano. - foto_jorgeamengual

PD. Interesante sería conocer la experiencia de las damas lectoras con el piropo chileno, del bueno y del malo.

por TJ Ferrari.