No sé si a todos los hombres, pero un gran grupo (en el cual me incluyo), muere por la mezcla mujer y rock. Es más, cuando una chica toca el bajo o la guitarra en una banda o además canta, sufrimos maremotos hormonales al verla llevar el ritmo y jadear al son de una canción. Asunto que es básicamente homologar su perfomance arriba del escenario con la que tendría en la cama. Un asunto de ritmo, de caderas y sudor. Ñami ñami.
La señorita del afiche de la película Casi Famosos (Almost Famous), se llama Kate Hudson y nos robó el bombo del aparato cardiovascular. Encarnaba a una chica groupie que seguía rockeros pero además al primer amor del pendejo que escribiría para Rolling Stone. Y así las cosas, claro, todos nos sentimos de alguna manera identificados con él. Todos queremos, alguna vez en la vida, cruzarnos con una rubia así de exquisita, una chica que se deje llevar por el viento y que sea dueña de una sonrisa criminal como la suya (hay sonrisas que son como pistolas, te las disparan de entrada y lo peor es que las malditas gozan viendo como te desangran). Kate tiene una sonrisa de antología. Una sonrisa coqueta que le achina los ojos y le exacerba el deseo. A ella y a uno. Uf.
Cameron Crowe sabía esto y se despachó esta fotito que sin lugar a dudas resume lo que todo rockero bien parado desea en la vida. Una mujer hermosa, una guitarra y una cama bien mullida. Un trío, en el fondo, de todos los que que han soñado una vida con los excesos clásicos del rock and roll. Aquí hay n trío permitido bajo las leyes del viejo y rudo rock.
Kate Hudson sale tan fresca, tan divertida y despreocupada en esta película que se ganó el Premio del Mes del Club de Tío Juanito. Kate Hudson es Penny Lane en ese film, la Penny Lane con la que todos quisiéramos vivir un romance tórrido y de gira, atracar en un bus y revolcarse de hotel en hotel después de una tocata.
Además kate tiene la gracia de ser hija de Goldie Hawn. Cualquiera que haya visto las comedias de Goldie años setenta comienzos de los ochenta entenderían dos cosas: Goldie sería una suegra demasiado divertida; Kate debe tener un humor increíble. Risa, sonrisa y coquetería, todo en el mismo paquetito.
Cosita más rica. Uno mira el afiche de Almost Famous y le dan cosquillas. Dan ganas de tener una banda para que te persiga ella. Y aunque no toques ni el timbre, te consuelas con lo de siempre: soñar no cuesta nada.
Ojo, está sola, se divorció del Black Crowe Chris Robinson, anduvo con Owen Wilson, lo pateó y ahora anda con otro que no recuerdo. Eso sí que es rockear. Hay que puro tenerse confianza y partir a EEUU. ¿Quién se la juega?
por TJ Sanfeliu.
La señorita del afiche de la película Casi Famosos (Almost Famous), se llama Kate Hudson y nos robó el bombo del aparato cardiovascular. Encarnaba a una chica groupie que seguía rockeros pero además al primer amor del pendejo que escribiría para Rolling Stone. Y así las cosas, claro, todos nos sentimos de alguna manera identificados con él. Todos queremos, alguna vez en la vida, cruzarnos con una rubia así de exquisita, una chica que se deje llevar por el viento y que sea dueña de una sonrisa criminal como la suya (hay sonrisas que son como pistolas, te las disparan de entrada y lo peor es que las malditas gozan viendo como te desangran). Kate tiene una sonrisa de antología. Una sonrisa coqueta que le achina los ojos y le exacerba el deseo. A ella y a uno. Uf.
Cameron Crowe sabía esto y se despachó esta fotito que sin lugar a dudas resume lo que todo rockero bien parado desea en la vida. Una mujer hermosa, una guitarra y una cama bien mullida. Un trío, en el fondo, de todos los que que han soñado una vida con los excesos clásicos del rock and roll. Aquí hay n trío permitido bajo las leyes del viejo y rudo rock.
Kate Hudson sale tan fresca, tan divertida y despreocupada en esta película que se ganó el Premio del Mes del Club de Tío Juanito. Kate Hudson es Penny Lane en ese film, la Penny Lane con la que todos quisiéramos vivir un romance tórrido y de gira, atracar en un bus y revolcarse de hotel en hotel después de una tocata.
Además kate tiene la gracia de ser hija de Goldie Hawn. Cualquiera que haya visto las comedias de Goldie años setenta comienzos de los ochenta entenderían dos cosas: Goldie sería una suegra demasiado divertida; Kate debe tener un humor increíble. Risa, sonrisa y coquetería, todo en el mismo paquetito.
Cosita más rica. Uno mira el afiche de Almost Famous y le dan cosquillas. Dan ganas de tener una banda para que te persiga ella. Y aunque no toques ni el timbre, te consuelas con lo de siempre: soñar no cuesta nada.
Ojo, está sola, se divorció del Black Crowe Chris Robinson, anduvo con Owen Wilson, lo pateó y ahora anda con otro que no recuerdo. Eso sí que es rockear. Hay que puro tenerse confianza y partir a EEUU. ¿Quién se la juega?
por TJ Sanfeliu.
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