UNA OBRA DE ARTE

martes, 27 de noviembre de 2007

N. del E. TJ no sólo habemus en Chile. Argentina es la cuna de grandes TJs. He aquí una muestra en palabras del escritor Alan Pauls.

- ¿Qué le debes a las mujeres de tu vida?

Probablemente les debo casi todo. Siempre me intrigó de una manera casi sobrenatural el modo en que las mujeres piensan el mundo, viven el mundo, miran el mundo... Y en un punto las considero como marcianas, son como lo otro absoluto, en relación conmigo, con los hombres... y siempre fueron para mí como un objeto de análisis, de curiosidad. Cuando mi mujer quedó embarazada y me enteré que iba a tener una hija dije: ¡esta es la mía!, ¡voy a ver cómo se forman! (lo dice frotándose las manos). Uno ve siempre a las mujeres ya formadas, incluso cuando tenés cuatro años y te las encontrás en el jardín de infantes o en la plaza, ya las ves formadas, no sabés muy bien cómo llegaron ahí. Así que cuando me dijeron que sería una nena pensé que iba a estar muy cerca del secreto, de ver cómo se forma el secreto. Y por supuesto, las mujeres son tan geniales que ni siquiera un bebé te muestra el secreto. Te lo muestra, y cuando vos querés agarrarlo, te lo quita. Después empiezan a crecer, y la narrativa del crecimiento es tan genial que ya te olvidás de que lo que querés es el secreto, lo único que querés es ser atontado, narcotizado. O sea que todo eso fue fallido, pero creo que a mi pobre hija también la estoy convirtiendo desde hace rato en un objeto de análisis. Me parece que les debo casi todo porque son la diferencia, y asomarme a esa diferencia para mí es una experiencia genial. Nunca en la vida me aburrí con una mujer, puedo haber odiado a mujeres, me pueden haber maltratado, puedo haber sufrido, pero nunca tuve una experiencia de tedio con una mujer. Puede sonar como abusivo lo que digo, como que las uso, pero creo que las relaciones entre los hombres y las mujeres son un poco así.

“Somos una obra de arte”, entrevista a Alan Pauls por Andrea Stefanoni y Damián Lapunzina.

por TJ Varjak.

BANDO NÚMERO UNO: EL PLAN GASSMAN

viernes, 16 de noviembre de 2007

Aburridos de tanta lesera que se dice y escribe y que terminamos creyéndonos de nosotros mismos; hastiados de chapas absurdas sobre metrosexuales, hombres sensibles que lloran con comerciales de shampoo y de tarados mal terminados que golpean a sus mujeres por sus propias trancas; chatos de que se diga que somos malos amantes, poco galanes y torpes a la hora de afrontar una mujer en un bar; hasta la tusa de que somos unos egoístas que sólo las buscamos para encamarlas y auto satisfacernos, declaramos: existe un antes y ahora desde la existencia de héroes como Vittorio Gassman, primer gurú del goce y la parranda desde que filma Il Sorpasso con Dino Risi, la Biblia de todo Tío Juanito que se precie de tal.

Debido a tal tsunami de mala información que ha confundido a nuestras fans y de paso a muchos de nuestros congéneres, debemos entregar la Tabla de los Diez Mandamientos de los TJ, el decálogo de honor de los Uncles Johnny, el Plan Gassman antes mencionado:

1.- Todo Tío Juanito se enamora. El estado puede durar sólo una noche como todo una vida, pero se enamora. El sexo es sólo una consecuencia de tal enorme amor. Pero Tíos Juanitos se enamoran hasta las patas.

2.- Todo Tío Juanito maneja el arte de hacer reír a una mujer. Un tío Juanito jamás la haría llorar ya que aquel estado sólo interfiere en lograr el fin último de la seducción que es generar un placer inolvidable en aquello que adoramos (¿es necesario decir qué una vez más?).

3.- Todo Tío Juanito tiene, necesariamente, tema. Da lo mismo si es real o inventado, pero lo importante es que sepa cautivar la atención de las pestañas que tenemos al frente.

4.- A propósito de pestañas, todo Tío Juanito debe mirar a los ojos sin temor cuando tiene a su objeto de devoción al frente. Pero cuando mira a los ojos entiende que mira el interior de esa mujer, que penetra su intimidad y que logra descifrar sus extraños signos.

5.- Da lo mismo si es igual a Danny de Vito, se debe sentir George Clooney.

6.- Un Tío Juanito baila. Da lo mismo que baile como Mauricio Israel, debe sentir que baila como Joaquín Cortez o Julio Bocca. Y baila porque sabe que desde tiempos inmemoriales las mujeres reconocen a un buen gozador en la manera en que se planta en la pista de baile.

7.- Un Tío Juanito que se precie de tal es simpático. No es un idiota mal genio, un tipo depresivo que hecha de menos a su mamá o un pelmazo grave. Cuando quiere es profundo, pero grave jamás. Sabe reírse en la fila y su sonrisa debe transformarse en un arma letal, o al menos en una bomba de humo que esconda sus defectos.

8.- Un Tío Juanito es un galán esmerado. Atiende a su víctima, perdón, a su objeto de deseo. Primero la satisface, después de aquello recién merecerá su caramelo. Pero vaya que lo disfrutará.

9.- Un Tío Juanito trabaja día a día por ser un hombre bien terminado. Arriesga, aprende, no llora por su infancia sino que la supera.

10.- Un Tío Juanito es un caballero. No un perno, pero si un caballero. Un caballero como lo fue Vittorio Gassman, gurú, Presidente honorario, socio vitalicio y héroe arquetípico del Club del Tío Juanito.

Por último, hay una lista enorme de cosas que los integrantes de este club deben compartir para ser mejores Tíos Juanitos. Yo por ahora, les recomiendo Il Sorpasso.

Usted, hermosura de mujer, y usted, Tío Juanito, proponga lo suyo. Puede recomendar, si es por ejemplo le gusta la poesía, Tíos Juanitos sufrientes como Neruda en los 20 poemas de amor o definitivamente lachos como Gonzalo Rojas o insufriblemente calientes como Claudio Bertoni. O ejemplos en el cine como Jack Nicholson en El Cartero llama dos veces. Diga Usted. Colabore con hacernos mejores Tíos Juanitos, es decir, impecables personas. Y también frescos, gozadores, care' rajas, buenos para el merekumbé y expertos en la escalada de mesas para subirse arriba y celebrar la vida como manda el Pulento, que dicho sea de paso, también es hombre.

por TJ Sanfeliú.

KATE

domingo, 11 de noviembre de 2007

No sé si a todos los hombres, pero un gran grupo (en el cual me incluyo), muere por la mezcla mujer y rock. Es más, cuando una chica toca el bajo o la guitarra en una banda o además canta, sufrimos maremotos hormonales al verla llevar el ritmo y jadear al son de una canción. Asunto que es básicamente homologar su perfomance arriba del escenario con la que tendría en la cama. Un asunto de ritmo, de caderas y sudor. Ñami ñami.

La señorita del afiche de la película Casi Famosos (Almost Famous), se llama Kate Hudson y nos robó el bombo del aparato cardiovascular. Encarnaba a una chica groupie que seguía rockeros pero además al primer amor del pendejo que escribiría para Rolling Stone. Y así las cosas, claro, todos nos sentimos de alguna manera identificados con él. Todos queremos, alguna vez en la vida, cruzarnos con una rubia así de exquisita, una chica que se deje llevar por el viento y que sea dueña de una sonrisa criminal como la suya (hay sonrisas que son como pistolas, te las disparan de entrada y lo peor es que las malditas gozan viendo como te desangran). Kate tiene una sonrisa de antología. Una sonrisa coqueta que le achina los ojos y le exacerba el deseo. A ella y a uno. Uf.

Cameron Crowe sabía esto y se despachó esta fotito que sin lugar a dudas resume lo que todo rockero bien parado desea en la vida. Una mujer hermosa, una guitarra y una cama bien mullida. Un trío, en el fondo, de todos los que que han soñado una vida con los excesos clásicos del rock and roll. Aquí hay n trío permitido bajo las leyes del viejo y rudo rock.
Kate Hudson sale tan fresca, tan divertida y despreocupada en esta película que se ganó el Premio del Mes del Club de Tío Juanito. Kate Hudson es Penny Lane en ese film, la Penny Lane con la que todos quisiéramos vivir un romance tórrido y de gira, atracar en un bus y revolcarse de hotel en hotel después de una tocata.

Además kate tiene la gracia de ser hija de Goldie Hawn. Cualquiera que haya visto las comedias de Goldie años setenta comienzos de los ochenta entenderían dos cosas: Goldie sería una suegra demasiado divertida; Kate debe tener un humor increíble. Risa, sonrisa y coquetería, todo en el mismo paquetito.

Cosita más rica. Uno mira el afiche de Almost Famous y le dan cosquillas. Dan ganas de tener una banda para que te persiga ella. Y aunque no toques ni el timbre, te consuelas con lo de siempre: soñar no cuesta nada.

Ojo, está sola, se divorció del Black Crowe Chris Robinson, anduvo con Owen Wilson, lo pateó y ahora anda con otro que no recuerdo. Eso sí que es rockear. Hay que puro tenerse confianza y partir a EEUU. ¿Quién se la juega?

por TJ Sanfeliu.